CFD's SON MEJOR QUE LAS ACCIONES TRADICIONALES?
En primer lugar, los contratos por diferencias son un producto apalancado. Esto significa que para invertir en acciones no sólo de empresas españolas sino de todo el mundo, el inversor deberá desembolsar un porcentaje del valor total de la compra. Es decir, que en el momento de constituir la inversión, no debe desembolsarse el total del precio de las acciones, sino tan sólo una porción del mismo en concepto de garantía.
Con un operador importante, esta garantía varía entre un 5% y un 20% para la mayoría de las acciones españolas.
Por otro lado, al invertir mediante contratos por diferencias el inversor puede beneficiarse de las subidas de los mercados, pero también de sus descensos. Así, dependiendo de si se ha posicionado corto o largo, podrá aprovechar el total de las bajadas o subidas del mercado de acciones, con un desembolso mucho menor, como ya explicamos.
Otra ventaja sobre la operatoria tradicional es la inmediatez en la liquidación de los beneficios, en contraposición a la operatoria con acciones, donde la demora ronda los dos o tres días.
Asimismo, la transparencia que ofrecen los contratos por diferencias, hace que los brokers no puedan introducir comisiones ocultas. Normalmente, las comisiones que se cobran por las operaciones con CFD sobre acciones suelen ser fijas, (entre el 0,8% y el 1% en la mayoría de los casos). Esto permite conocer de antemano el coste de la operatoria, evitando cánones de Bolsa, custodia y mantenimiento, entre otros cargos.
Como pantalla de protección, los contratos por diferencias, ofrecen la posibilidad de operar con órdenes de stop loss. Esta posibilidad le permite al inversor detener, las posibles pérdidas que pueda tener.
A las ventajas enumeradas precedentemente se suma una muy importante: la posibilidad de operar durante las 24 horas del día. Esto permite que el inversor evite sorpresas desagradables antes de que se produzca la apertura del mercado de su país.
En conclusión, un producto que requiere ciertos conocimientos para su manejo, pero que bien operado acarrea importantes beneficios.
RIESGOS Y VENTAJAS
La negociación con acciones y en CFDs supone un riesgo. Los inversores los aceptan todos los días cuando colocan una parte de su capital con la esperanza de obtener un retorno. A veces ganan, y a veces pierden. No obstante, cuanto mejor comprenda las circunstancias que pueden afectarlo, mejor podrá protegerse de ellas.
Los operadores se enfrentan a muchas formas variables cuando valoran y realizan operaciones. Por ejemplo, el titular de una acción en Wal-Mart (WMT) tiene que preocuparse no sólo de los resultados de Wal-Mart como compañía, sino también del estado general de la economía mundial. Otro de sus motivos de preocupación será la evolución del mercado de valores de los EE.UU., así como si el dólar se fortalece o debilita.
Los inversores en CFD acogen con agrado los diversos riesgos a los que se enfrentan en el mercado, puesto que pueden ganar dinero con facilidad si el precio de un papel fluctúa al alza o la baja. Cuando estos son leves y el rendimiento de las compañías es satisfactorio, pueden obtener un beneficio a medida que estos suben y cuando son elevados y la performance de la empresa es pobre, pueden lograr ganancias a medida que la cotización cae.
Riesgo sistemático
Es el riesgo al que se enfrentan los inversores al operar dentro de un sistema y no hay forma de protegerse de él. Si desea participar en los mercados, tiene que tener la intención de aceptar lo que supone formar parte de él.
Normalmente, muestra su peor cara en forma de crisis, como el Lunes Negro de 1987 o la Crisis Financiera Asiática de 1997, o la de las hipotecas subprime de 2007, que provocó la caída de la mayor parte de las acciones.
Con frecuencia, para referirse al riesgo sistemático, los inversores utilizan la expresión: “cuando la marea sube, todos los barcos flotan”. Si crece y el mercado de valores en su conjunto cotiza al alza, poco habrá que preocuparse por él. Sin embargo, si baja y la Bolsa cae, habrá que proteger sus operaciones.
Riesgo no-sistemático
Es el tipo de riesgo al que se enfrentan los inversores cuando negocian con una acción o CFD concreto, ya que su destino se une al de esa compañía. Si ha adquirido un papel y el rendimiento de la empresa es favorable, su operación será rentable y viceversa.
Son muchos los factores que repercuten en la performance de una firma, y se enfrenta al riesgo de que de uno de tantos factores pueda afectar una inversión en cualquier momento. Entre los más importantes están: las ganancias bajas de modo no esperado, los procesos judiciales, los escándalos, la obsolescencia tecnológica y las huelgas de trabajadores.
Cualquiera de estos, junto con otros, podría provocar que el valor de las acciones de una compañía cayera en picada. Pero se pueden combatir con la diversificación de sus inversiones en un amplio espectro de compañías, sectores y mercados, y cubriendo sus posiciones para proteger los beneficios que pudiere tener, y para evitar futuras pérdidas.
Riesgo de crédito y de incumplimiento en el pago
Es un tipo de riesgo al que se enfrentan los inversores cuando una compañía de la que han comprado acciones o CFDs no cumple con la obligación de pago de las obligaciones contraídas o cuando el mercado considera que está expuesta al riesgo de crédito. Si bien no ocurre muy a menudo, pueden declararse insolventes y dejar sus deudas impagadas con bancos o con los titulares de bonos.
Esto puede ser el resultado de un entorno crediticio en restricción, de un fraude corporativo o de otras cuestiones que repercutan en su rendimiento. Cuando una firma se queda sin tesorería, pierde la capacidad de funcionar de un modo eficiente.
Mientras que los propietarios de acciones y de CFDs pueden no verse afectados de forma directa por cuestiones de devolución de préstamos, sí les repercute de manera indirecta, puesto que otros inversores saben que tiene problemas serios cuando no puede hacer frente a sus deudas y comienza a reducir el valor de sus acciones.
Riesgo derivado del tipo de cambio
Es al que se enfrentan cuando compran y mantienen inversiones en una divisa distinta a la de su país de origen. Los precios de las monedas fluctúan al alza y a la baja, al igual que las acciones. Si en la que están operando gana valor respecto a la del país de origen del inversor, la operación valdrá la pena y viceversa. Estos pueden contrarrestar las ganancias que pudiera haber generado por su cuenta el papel.
Imagine un inversor británico que adquiere una acción de los EE.UU. por 30 dólares cuando el tipo de cambio entre la libra esterlina y el dólar estadounidense es de 1,50, lo que significa que 1 libra equivale al cambio a 1,50 dólares.
En este caso, deberá pagar 20 libras por la acción de 30 dólares (30 / 1,5 = 20). Si el papel incrementa su valor desde de 30 a 36, tendrá un crecimiento del 20%. Pero, al mismo tiempo, el tipo de cambio pasa de 1,50 a 2.
Si desea canjear la acción y convertirla a la moneda británica, obtendría 18 libras (36/ 2 = 18). En este ejemplo, aún cuando el papel se ha incrementado en un 20%, el inversor ha perdido finalmente 2 libras en la transacción, debido al riesgo del tipo de cambio.
Riesgo derivado del tipo de interés
Los bancos centrales, tales como la Reserva Federal de los EE.UU., el Bank of England (BoE) y el Banco Central Europeo (BCE) tienen un impacto en las economías globales y locales, al hacer públicas sus decisiones en materia de tipos de interés.
En general, cuando incrementan las tasas, las compañías tienen una mayor dificultad para obtener créditos con los que crecer y expandirse. Esto repercute en sus perspectivas de crecimiento y se traduce en el precio de sus acciones, y viceversa.
Riesgo vinculado al entorno político
Está vinculado con la coyuntura política del país en que la compañía desempeña su actividad, ya que puede influir en sus intereses de crecimiento y expansión. Este puede adoptar la forma de nacionalización de una firma por parte de un gobierno, como de una reforma tributaria que incrementa la carga y tipos tributarios corporativos.
Ambos recortarán el margen de beneficios de las empresas, algo que se verá reflejado en el precio de sus acciones.
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